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24 de septiembre de 2019 club,submarinismo

Nueva colaboración del CN Garraf con la Revisión de la Carta Arqueológica Subacuática de Sitges

El equipo de investigadores han introducido dentro de la cueva subacuática de la Falconera el robot de topografía Sparus II

Inscrito dentro del marco del proyecto cuatrienal de Revisión de la Carta Arqueológica Subacuática de Sitges impulsado por el Consorcio del Patrimonio de Sitges, el día 18 de septiembre de 2019 se ha introducido dentro de la cueva subacuática de la Falconera el robot de topografía Sparus II, para comprobar su comportamiento y las posibilidades de elaborar un modelo de la cueva en 3D ,con el máximo detalle posible, donde se puedan apreciar eventuales restos arqueológicos o zonas donde puedan quedar sedimentos anteriores a la subida del nivel del mar iniciada hace unos 18.000 años, cuando este se encontraba entre 100 y 120 metros por debajo del nivel actual.

 

Esta actuación ha sido autorizada por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat de Cataluña, bajo la dirección de los arqueólogos Pere Izquierdo y Manel J. Fumara y ha estado parcialmente financiada por el Proyecto Europeo de Infrastructures EU Marino Robots de la Universitat de Girona, con la participación del Dr. Florian Huber de Submaris: Scientific Diving Operations.

 

El robot ha sido desarrollado por el CIRS (Centro de Investigación Robótica Submarina), del VICOROB (Instituto de  Visión por Computador y Robótica) de la Universitat de Girona (UdG), que ha desplazado a los técnicos, Guillem Vallicrosa, Pere Ridao y Lluis Magi.

 

Los trabajos han contado con al colaboración del Club Nàutic Garraf, con medios humanos y logísticos. También se ha contado con la participación de los espeleobuceadores Carles Ramoneda y Joel Borrazas del Espeleo Club Muntayenc de Barcelona, Delfí Roda de TdP's, José Pulido de Puro Buceo, y el geólogo Josep Maria Cervelló del equipo de la Carta Arqueológica Subacuática de Sitges.

 

Si los resultados de las pruebas son positivos, se dispondrá de un modelo tridimensional del primer tramo de esta cueva donde hay la salida de agua dulce procedente del macizo del Garraf, desgraciadamente contaminado por infiltraciones del vertedero metropolitano del Garraf, ya clausurado. Y se podrá evaluar la posibilidad de dejar trabajar el robot a solas en los tramos más profundos y peligrosos de la cavidad.

 

Los arqueólogos sospechan que esta cueva, con un río de agua dulce interior, tiene que haber sido conocida y aprovechada por grupos humanos desde la prehistoria, y que pueden quedar vestigios de estos usos y de posibles ocupaciones.